LAS
CAPAS DE LA TIERRA: LA HIDROSFERA Y LA ATMÓSFERA
La Tierra está formada por
cuatro capas: la atmósfera, la geosfera, la hidrosfera y la biosfera.
La hidrosfera es la capa de agua que cubre la superficie de la Tierra.
El agua puede estar en tres estados: sólido,
líquido y gaseoso.
La mayor parte del agua de
la Tierra es salada y se encuentra en los mares y los océanos, el resto es agua
dulce que se encuentra en estado sólido en los polos (Norte y Sur), y en zonas
de alta montaña en forma de nieve o hielo; y en estado líquido en los ríos, lagos y en los acuíferos o aguas
subterráneas.
La geosfera es la parte rocosa de la Tierra. Tiene forma de esfera y
su radio mide algo menos de 6400 kilómetros. Está formada por tres capas: la corteza, el manto y el núcleo.
La corteza es la capa externa de la geosfera y está formada por rocas.
El manto es la capa intermedia.
El núcleo es la capa interna, su temperatura es mayor que el manto y
mucho mayor que la corteza. Está dividida en núcleo interno y núcleo
externo.
La corteza terrestre
cambia con el paso del paso del tiempo.
Aunque no lo percibamos, porque los cambios son muy lentos, las rocas que las
forman se desgastan y se rompen por dos factores: los fenómenos atmosféricos
(la lluvia, el viento y los cambios de temperatura) y los seres vivos.
Cuando las rocas se
desmenuzan, el agua y el viento actúan sobre los fragmentos de roca y ocurren
tres procesos: la erosión, el transporte y la sedimentación.
La erosión es el desgaste de las rocas y de los suelos por la acción
del viento y el agua.
El transporte es el traslado de los materiales que la erosión ha
arrancado de las rocas y los suelos.
La sedimentación es la acumulación de materiales procedentes de otros
lugares. Estos materiales se llaman sedimentos.
Los volcanes son los lugares por donde el magma sale a la superficie.
El magma es una mezcla de roca fundida y gases que se forma en el
interior de la Tierra.
Cuando el magma pierde los
gases y sale al exterior se llama lava.
En los volcanes distinguimos
varias partes: la cámara magmática
(donde se forma el magma), la chimenea
(el conducto por donde asciende el magma), el cráter (el orificio por donde sale el exterior) y el cono volcánico (que rodea al
cráter en el exterior y que se forma por la acumulación de los materiales
expulsados).
Los terremotos son movimientos bruscos y breves de la superficie
terrestre que se producen por vibraciones o roturas de la corteza.
Cuando un terremoto ocurre
bajo el mar, se pueden producir maremotos o tsunamis, que son olas gigantes muy destructivas.
Para estudiar los terremotos
y vigilar las zonas con más actividad sísmica (de terremotos) utilizamos los
sismógrafos, que miden los movimientos de la tierra y su intensidad.
En España las zonas más
activas a este respecto son: Alicante, Murcia, Granada, Almería y los Pirineos.
En cuanto a los volcanes destaca Canarias, dónde está el volcán Teide y uno
submarino que apareció recientemente.
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